Editorial LA SIDRA 172

Editorial

Una vez más la Primer Sidre L’Añu ha cumplido con las mejores expectativas, celebrándose la mayor espicha del país en el impresionante marco que supone el Muséu del Pueblu d’Asturies, muy bien complementada con todo tipo de manifestaciones de la cultura asturiana de la sidra. Todo ello en un excepcional ambiente para todas las edades, en el que los niños y niñas tuvieron un marcado protagonismo. ¡Qué decir del sentido peregrinar del Sidracrucis!

Ahora, tras este brillante arranque con el que se marca el inicio de la temporada sidrera asturiana, únicamente hace falta que lleguen esos rayos de sol que animen merenderos y sidrerías en general, donde ya nos esperan las primeras sidras de la abundante cosecha del año pasado.

Como es habitual en estas fechas, los eventos sidreros se nos acumulan, comienza el Campionatu d’Echaores d’Asturies, acaba de celebrarse la Folixa na primavera en Mieres, tenemos las jornadas de la sidra en La Felguera, y se anuncia para el último fin de semana del mes el “Espalma la sidre” en Siero, una firme apuesta por reivindicar la calidad frente a la cantidad en el mundo de la sidra. Pero hay más: los Platos a la Sidre de Nava, la semana del Floriar del Pumar, les espiches de La Güeria Carrocera, y la esperada Preba de la Sidre de Gascona… por no citar las primeras fiestes de prau.

En otro orden de cosas es de destacar que el Muséu de la Sidre de Nava parece recuperarse de su larga crisis, y ya se anuncia la contratación de un director para el mismo. El “Principado” continúa en su línea y aparte de no avanzar lo más mínimo en su publicitado compromiso de presentar la candidatura de la cultura asturiana de la sidra como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, ha complementado brillantemente sus despropósitos con un lamentable stand en Alimentaria, la mayor feria de la alimentación del Estado, del que hablaremos en el próximo número y en el que únicamente está presente un llagar.

Por lo demás, las expectativas son inmejorables, no nos faltará sidra este año, ni ocasiones para disfrutarla, que el tiempo acompañe y que la salud no nos falle. ¿Qué más podemos pedir?