La sidra asturiana entra en el gimnasio: un acuerdo que trasciende la tradición
El reciente convenio entre el Real Grupo de Cultura Covadonga (RGCC) y la Fundación Museo de la Sidra no es solo una agenda de talleres y charlas. Representa un síntoma de cómo la cultura sidrera asturiana, tras ser declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2024, se proyecta más allá de los llagares y se convierte en herramienta de cohesión social y motor de atracción económica.
Más que un símbolo
La sidra no es únicamente una bebida: es un ritual colectivo que define buena parte de la identidad asturiana. Que una entidad deportiva de masas como el Grupo Covadonga se vincule a este ámbito cultural revela la intención de llevar ese patrimonio a públicos que no siempre se acercan al Museo de la Sidra o a las fiestas locales.
Educación y relevo generacional
El programa “Mayando se entiende la xente”, orientado a los más pequeños, busca asegurar la transmisión de prácticas tradicionales que podrían perderse en un contexto de consumo globalizado. Introducir a los niños en el proceso del mayado no solo enseña una técnica, también afianza un relato colectivo en el que la sidra es sinónimo de encuentro.
Oportunidad turística y de marca
El convenio ofrece descuentos a socios del Grupo y herramientas como el “Pasaporte Sidrero”, que conectan con un modelo de turismo cultural en auge. Asturias compite cada vez más en el mercado del turismo experiencial, y la sidra puede convertirse en un atractivo similar al enoturismo en otras regiones españolas.
Deporte, identidad y economía local
La alianza entre deporte y cultura tradicional abre una vía novedosa: utilizar la estructura de un club con decenas de miles de socios como altavoz para el patrimonio. El impacto no es menor: puede favorecer la economía de Nava y de la Comarca de la Sidra, además de reforzar la imagen de Asturias como territorio donde tradición e innovación conviven.